domingo, 5 de julio de 2009

Esta es la historia de Michael, la historia que nadie podrá contar, porque nadie lo conocía. Así, cuando escuché la noticia de su muerte, todo lo que pude sentir fue desconcierto. “Yo no lo conozco, ¿Cómo puedo sentir pena por alguien a quien ni siquiera he visto en persona?”. Sin embargo, hace poco mas de diez años, todo lo que podía escuchar era su música. En ese entonces el era el artista más famoso que existía, con una voz privilegiada, irreal, casi femenina, y todos mirabamos fascinados su forma de bailar, con un completo dominio de su cuerpo, y admirábamos su asombrosa actitud en el escenario. Ahí, en el escenario, no había nadie más poderoso que él. Yo tenía como 11 años y tenía un pequeño walkman sony que era la cosa que más me gustaba en el mundo y varios cassettes (Si, cassettes, ¿Se acuerdan? De esos que había que dar vuelta para escuchar el otro lado) y el que más me gustaba era el de Dangerous. Día a día, salía para la escuela como el que camina hacia el calvario (La escuela es una de las razones por las que jamás volvería a esa época de mi infancia prepuberta) pero tenía mi música, y la escuchaba a todo volumen mientras veía los paisajes de la ciudad a través de los cristales del transporte público (Dangerous…the girl it’s so dangerous…take away my money…). Era increíble, mi propio espacio para retirame a mi mundo, deslizándome en mi imaginación al más puro estilo Moonwalker. Sobra decir que no conocía muchos niños de mi edad que compartieran mi gusto por su música y sus bailes, en mi salón lo único que escuchaban era Kumbala, que por esa época era un hitazo en México, pero a mí, que en ese entonces no tenía nociones de romanticismo, me parecía aburrida, demasiado lenta y empalagosa, nada que ver con la energía y la magia que irradiaba Michael. Mi madre por ejemplo, pensaba que la música de Michael era satánica y una mala influencia para mí y que no era sano que escuchara tanas veces las mismas canciones, sobre todo si la mayoría de ellas tenían fuertes connotaciones sexuales, pero nada podía hacer al respecto y se limitaba a comprarme baterías doble A. Con los años, mi pasión por la música de Michael se fue debilitando y fue remplazada por el rock y otras tendencias, pero de vez en cuando volvía a escuchar sus canciones o a ver sus videos y me maravillaba de nuevo, lo cierto es que nunca he vuelto a ver videoclips musicales tan buenos o un artista así de impresionante (Es más, existen pocos, en mi oponión, que siquiera puedan llamarse artistas) por eso aún los guardo, porque le dieron vida a una época que de otro modo hubiera estado completamente muerta para mí. Esto es lo que significa MJ para mí. Era un artista, de eso no hay duda, y un hombre que hizo y dijo exactamente todo lo que no le convenía hacer o decir, pero si el era el rey, si había trabajado tanto y logrado tantísimo éxito desde pequeño ¿Por qué escucharía lo que nadie le dijera? Si era un freak, cierto, y un monstruo también, y un hombre cuya generosidad no conocía límites, y la única persona que ha cambiado de color y de rostro frente a todo el mundo y que no ocultaba que era un ser extraño y retorcido. Que levante la mano el que no sea un ser extraño y retorcido en Hollywood. Lo cierto es que ahora da la sensación de que tienen a Michael exactamente donde lo querían, envuleto en toda su magia, pero ausente. Ahora pueden dedicarse a ganar dinero con él, sin preocuparse por el efecto que su influencia pueda tener, pueden hablar de sus escándalos y magnificar sus excentricidades (Por decirlo de alguna manera) al cabo no se va a enterar, pueden divulgar los detalles más morbosos de su vida y hacer publicidad con su triste infancia, contar su historia una y otra vez, la historia que nadie conoce, porque nadie estuvo ahí, así como nadie estuvo en sus zapatos al momento de su muerte, una muerte incomprensible. Esto es lo que siento a raíz de todo lo que he visto y oído en los últimos días: No es que vaya hecharme a llorar por él, como ya dije, yo no lo conocía, pero es como si a mi generación nos hubieran quitado algo. No va a existir nadie como él…y se ha ido.