¿Por qué soy prisionero de esta trágica busca? ¿Qué es lo que me llama y se esconde Me sigue me grita por mi nombre Y cuando vuelvo el rostro y alargo las manos de los ojos Me hecha encima una niebla tenaz como la noche de los astros ya muertos? V. Huidobro. |
domingo, 18 de enero de 2009
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