Rola: Spellbbound de Siouxsie and the Banshees
Película: Pride and Prejudice, 1995.
Un amigo dijo: "Me gusta como soy cuando estoy contigo".
Evento inesperado: El bajón de la semana pasada, una invitación a la playa.
Concierto o toquín: Ratatat en el pasa.
Descubrí en la música: Unkle.
Nostalgias: Un amor que no llega, una amiga a la que hace mucho que no veo, un amigo del que no sé nada.
Triunfos: Ayer no fumé ni uno.
Fracasos: Otra vez me puse de malas en el tráfico.
Deseos: No lo diré hasta que ya se haga, je.
Descubrí que: Hablo demasiado de mí y la navidad no me emociona. Que no soy buena para consolar a la gente, otra vez.
Como reza el adagio: "Patience is another way to getting old" (Whitest Boy Alive).
Gente nueva: Ninguna, bueno, quizá los del instituto.
Gente que regresó: 1. (la ingrata).
Le dije a un amigo: "No hay pedo, we."
Proyectos sin realizar: 3 (bici, letras, lira)
Proyectos realizados: 1.
Ridículos: mmmh, un ridículo mental, pero al menos no fue público, jejeje.
El paseo del mes: Una comida de reconciliación.
Lo que no debí haber dicho/hecho: Juzgar a un amigo.
El momento: Ella Fitzgerald, puritos y té con Valani.
Lo nuevo: El lab.
Lo viejo: "In my solitude you hunt me..."
Disco: The Hives- The Black and White Album.
viernes, 21 de diciembre de 2007
martes, 18 de diciembre de 2007
La foto del año...
Sólo dos días después de mi viajecito sobre la situación social de la mujer, me encuentro con ésta foto que salió hoy en el peródico Publimetro que dan gratis en las calles. Ha sido elegida como la mejor del año por la UNICEF. Se trata de Ghulam, una niñita afgana de 11 años que ha sido vendida en matrimonio a este hombre de 40 que no se ve nada amable, por parte de su "avergonzada" familia que necesitaba el dinero para alimentar a sus otros hijos. No diré nada más, la foto habla por sí sola.
domingo, 16 de diciembre de 2007
Aquella alta torre....
No puedo asegurar con certeza como empieza la depresión. Uno puede estar triste durante meses sin darse cuenta siquiera de que hay algo que no encaja. Puede empezar con un momento de extrema inquietud y excitación; algunas veces comienza al sentir un peso que no se logra comprender, otras con una tristeza sutil, tan sutil que no se percibe hasta que ya es muy tarde. Quisiera describir con toda exactitud como me siento ahora pero nunca he sido buena para expresarme cuando estoy alterada en alguna forma. Y ahora lo estoy. No encuentro la razón exacta. Tal vez es la nostalgia de un sueño que ha vuelto a perseguirme. El sueño de vivir ese amor, aunque sé que es bastante improbable encontrarlo tal cual lo tengo en la mente o mas aún, que es probable que no tenga idea de lo que es realmente y que lo que imagino es quizá una mera presunción de lo que debe ser, derivada de los sueños de otros que he visto plasmados en películas o libros. Lo que sé es que hay veces en que esto me pasa cuando se avecina un cambio. Y ese cambio no es solo importante sino necesario para seguir en esta voraz carrera que llamamos vida, para justificar mi existencia. Y me resisto a él cobardemente. Quisiera asumirlo como lo hacen otros pero lo cierto es que para mi las cosas parecen ahora mucho mas difíciles, más altas que el K2. Y me siento sola, pero no quiero compañía.
Es la una. Mañana hay trabajo y no me importa, no puedo dormir. Recuerdo el sueño que tuve cuando iba con el loquero de Polanco. Lo único que me gustó de los loqueros es que lo hacen a uno soñar. Cómo quisiera volver a soñar como lo hacía en aquella época.
Es la una. Mañana hay trabajo y no me importa, no puedo dormir. Recuerdo el sueño que tuve cuando iba con el loquero de Polanco. Lo único que me gustó de los loqueros es que lo hacen a uno soñar. Cómo quisiera volver a soñar como lo hacía en aquella época.
En el sueño estaba yo en una alta torre con ventanales que daban a la calle. La torre no tenía escaleras, así que no había acceso a ella y aparentemente tampoco se podía salir. Yo no estaba sola, había alguien conmigo, una compañera. De repente me encontré abajo, con la persona con quien salía entonces y me subí a su auto. Pude ver como mi compañera, que era casi como un doble mío, me miraba con tristeza desde los ventanales, ella jamás podría salir de allí. Recuerdo que pensé, dentro del sueño, que me había cansado de ella, que no quería quedarme más a hacerle compañía, que era patética a mis ojos. Me parecía que hasta la había inventado para enfrentar la soledad de aquel lugar y que después ya no sabía como deshacerme de ella. Una vez que me subí al auto, que curiosamente era e color rosa (el color que siempre asocio con la irrealidad y la mentira cursi), las ventanas comenzaron a subir automáticamente, y me sentía encerrada, asfixiada. Me desperté ahí. No hay que ser loquero para darse cuanta de que mi relación se derrumbaba. Me sentía presa igual que en la torre, pero en la torre al menos era podía ser yo misma. Tampoco descarto que mi cuerpo me advertía en el sueño que le faltaba el aire mientras yo dormía.
Mi cuerpo y yo. Yo y mi cuerpo. No siempre estamos de acuerdo. Como ahora, yo estoy aquí mientras él quiere dormir. A veces pienso que debería esforzarme más por escucharlo, por ser una con él, hasta tomar clases de baile o algún arte marcial que me enseñe a no ignorarlo, pero lo cierto es que la mente siempre va más allá, alejándose de él, forzándolo a seguirle el paso, torturándolo, cansándolo, gastándolo…enfermándolo. Y es cuando uno se enferma que esa distancia parece más enorme aún, uno quisiera sanar en un momento, uno se siente impotente y lo desprecia por estar débil, por impedirle a uno hacer todas las cosas de diario, porque es hasta que ya no podemos hacerlas que nos damos cuenta de lo extraordinarias que son; lo necesitamos y él no nos responde, y lo odiamos por eso, hasta que comprendemos que ha sido demasiado para él, que hemos actuado mal y le pedimos perdón, y es esa humildad que nos ayuda también, junto con la voluntad de recuperarnos, a salir de la enfermedad.
Nunca regresé a la torre, pero hay momentos en vuelvo a sentir su soledad. Como hoy. Vuelvo a transportarme a aquel cuarto de 4x4 y no quiero salir al mundo. Todo en él parece un coche rosa. Nada más. Hasta que tomo fuerzas y vuelvo a salir. Espero que esta vez sea breve, la vida está esperando.
Nunca regresé a la torre, pero hay momentos en vuelvo a sentir su soledad. Como hoy. Vuelvo a transportarme a aquel cuarto de 4x4 y no quiero salir al mundo. Todo en él parece un coche rosa. Nada más. Hasta que tomo fuerzas y vuelvo a salir. Espero que esta vez sea breve, la vida está esperando.
To my dear Mr. Knightley...
Chale, como me caga esa mirada de condescendencia que me dirigen a veces: "Poor, poor Lix without boyfriend"
No te voy a mentir, la situación me hizo reflexionar si en realidad no me la estaré mamando con toda esta onda de huir de los tipos, traer el cabello corto a la usanza punk, jamás coquetear y evitar en lo posible la ropa sexy, ello sin mencionar que mi actitud no es de lo más receptiva con gente que no me da buena vibra. Y sin querer sentí otra vez, después de mucho tiempo, ese estúpido miedo que lleva a las mujeres a cometer errores fatales en la elección de su pareja: El miedo a quedarme sola. Me puse el saco que me dieron, sólo por un momento, y comprendí la posición de esas mujeres que son acosadas por la sociedad porque llegaron a los treinta sin casarse. En serio. No es una onda feminista, esto es real. La sociedad acosa a hombres y a mujeres, aún de la manera más sutil. A los hombres los urge a siempre estar probando su virilidad, a las mujeres sencillamente no las deja en paz, diciéndoles que deben esforzarse siempre por ser deseadas y admiradas para poder tener pretendientes, casarse y tener hijos pronto porque, tic tac, el reloj biológico sigue corriendo. Pretendemos que la civilización a avanzado lo suficiente como para ya haber superado esa etapa cuyas ideas llamamos retrógradas, pero lo cierto es que llegaron para quedarse, y aunque es cierto que hemos ganado terreno en cuestiones de libertad e igualdad, la idea general ha prevalecido a través de generaciones y generaciones porque, después de todo parecen útiles para asegurar la reproducción de la especie y mantener el dominio del hombre sobre la tierra. Te digo, no es que sea feminista. Desde pequeños nos dan un traje en que debemos caber a como dé lugar. Nos dan muñecas a las mujeres y a los hombres carritos; las niñas juegan a la comidita mientras los hombres hacen la guerra con espadas de juguete…Y yo siempre me he rebelado contra eso, reconozco que no de la manera más inteligente, pero nunca he podido caber, por mas que me he esforzado, en ese traje que me dieron. Después de muchos años llegué a la conclusión de que lo más inteligente es jugar con las reglas de la sociedad, hasta que llegado el momento y la oportunidad puedas utilizarlas en beneficio de tu libertad, pero esto no siempre se logra. Ademá sé muy bien que todavía no he llegado a tal estado de madurez. Conservo aún un poco de imprudente rebeldía adolescente y algo de su impulsiva terquedad y ello es excusa siempre para que los demás ningueen lo que trato de decir de una y mil maneras, incluso con mi forma de vestir. Ya me he resignado ese ¿¿¿??? en el rostro de los demás, incluso en el de mis mejores amigos: Por qué no tiene novio, por qué no tiene amante, por qué se viste así, por que trae así el cabello, por que tiene que hablar así, por que fuma de tal manera, etc. Sí es verdad, lo reconozco, algunas de estas cosas no tienen razón de ser, aunque parezca que sí en mi cabeza, pero ya te lo dije, me falta un largo camino por recorrer.
El caso es que comencé a cuastionarme otra vez y recordé una de mis razones, la más auténtica. Y es procurar en lo posible ser yo misma, primero para mí, luego para tí también, para poder brindarte lo mismo que prentendo exigir. Me pregunto si existes siquiera, si podré reconocerte llegado el momento; si podrás reconocerme. Quizá ya estás aquí.
Me pregunto si no te he esperado demasiado tiempo.
No te voy a mentir, la situación me hizo reflexionar si en realidad no me la estaré mamando con toda esta onda de huir de los tipos, traer el cabello corto a la usanza punk, jamás coquetear y evitar en lo posible la ropa sexy, ello sin mencionar que mi actitud no es de lo más receptiva con gente que no me da buena vibra. Y sin querer sentí otra vez, después de mucho tiempo, ese estúpido miedo que lleva a las mujeres a cometer errores fatales en la elección de su pareja: El miedo a quedarme sola. Me puse el saco que me dieron, sólo por un momento, y comprendí la posición de esas mujeres que son acosadas por la sociedad porque llegaron a los treinta sin casarse. En serio. No es una onda feminista, esto es real. La sociedad acosa a hombres y a mujeres, aún de la manera más sutil. A los hombres los urge a siempre estar probando su virilidad, a las mujeres sencillamente no las deja en paz, diciéndoles que deben esforzarse siempre por ser deseadas y admiradas para poder tener pretendientes, casarse y tener hijos pronto porque, tic tac, el reloj biológico sigue corriendo. Pretendemos que la civilización a avanzado lo suficiente como para ya haber superado esa etapa cuyas ideas llamamos retrógradas, pero lo cierto es que llegaron para quedarse, y aunque es cierto que hemos ganado terreno en cuestiones de libertad e igualdad, la idea general ha prevalecido a través de generaciones y generaciones porque, después de todo parecen útiles para asegurar la reproducción de la especie y mantener el dominio del hombre sobre la tierra. Te digo, no es que sea feminista. Desde pequeños nos dan un traje en que debemos caber a como dé lugar. Nos dan muñecas a las mujeres y a los hombres carritos; las niñas juegan a la comidita mientras los hombres hacen la guerra con espadas de juguete…Y yo siempre me he rebelado contra eso, reconozco que no de la manera más inteligente, pero nunca he podido caber, por mas que me he esforzado, en ese traje que me dieron. Después de muchos años llegué a la conclusión de que lo más inteligente es jugar con las reglas de la sociedad, hasta que llegado el momento y la oportunidad puedas utilizarlas en beneficio de tu libertad, pero esto no siempre se logra. Ademá sé muy bien que todavía no he llegado a tal estado de madurez. Conservo aún un poco de imprudente rebeldía adolescente y algo de su impulsiva terquedad y ello es excusa siempre para que los demás ningueen lo que trato de decir de una y mil maneras, incluso con mi forma de vestir. Ya me he resignado ese ¿¿¿??? en el rostro de los demás, incluso en el de mis mejores amigos: Por qué no tiene novio, por qué no tiene amante, por qué se viste así, por que trae así el cabello, por que tiene que hablar así, por que fuma de tal manera, etc. Sí es verdad, lo reconozco, algunas de estas cosas no tienen razón de ser, aunque parezca que sí en mi cabeza, pero ya te lo dije, me falta un largo camino por recorrer.
El caso es que comencé a cuastionarme otra vez y recordé una de mis razones, la más auténtica. Y es procurar en lo posible ser yo misma, primero para mí, luego para tí también, para poder brindarte lo mismo que prentendo exigir. Me pregunto si existes siquiera, si podré reconocerte llegado el momento; si podrás reconocerme. Quizá ya estás aquí.
Me pregunto si no te he esperado demasiado tiempo.
sábado, 8 de diciembre de 2007
Nadie rebaje a lágrima o reproche...
esta declaración de la maestría de Dios
que con magnífica ironía
me dio a la vez hormonas y cerebro...
(http://www.palabravirtual.com/index.php?ir=ver_poema1.php&pid=314)
que con magnífica ironía
me dio a la vez hormonas y cerebro...
(http://www.palabravirtual.com/index.php?ir=ver_poema1.php&pid=314)
viernes, 7 de diciembre de 2007
Ya tenía ganas de escribir...
Pues aquí estamos...mi primer post...
Siempre me he resistido a proveer de información personal en sitios de internet, es espeluznante pensar quién pueda recibirla, analizarla y venderla al mejor postor. Pero es de hueva escribir un diario en el que no hay ningún lector que te dé su opinión.. y qué mejor que un extraño para eso...Además con el blog de una amiga me di cuenta de que está bien chido tener una retrospectiva de tus años mozos...yeah!
Y para recuperar el tiempo perdido postearé sin pena algunas cosas que hace poco encontré perdidas por ahí...por qué no. Podrán parecer clavadas y eso pero que ch.. es mi blog y pues..Lix es así.
1) "Quizá,"-pensaba, mientras a través de los cristales miraba sin vértigo las líneas aparecer y desaparecer en el pavimento, -"llegará el momento en que podré entender con toda claridad este este tiempo." Recordaba el final de aquella sosa película hollywoodesca en el que la protagonista decía que, si hubiese desviado su camino tan sólo un poco, jamás se habría encontrado tal estado de fecilidad perfecta. Entonces decía para sí : "Recodaré estos días como una sombra de niebla, tan lejanos que parecerán ajenos". Y ese pensamiento recurrente la llenaba de esperanza y a la vez de una angustiosa incertidumbre, como quien ve en su futuro algo que no puede entender y avanza hacia él con expectación y duda, deteniéndose de cuando en cuando, preguntandose si irá en la dirección correcta.
2)Hace pocos días intenté imaginar la noche espacial, cuya soledad, leí en un poema de Ernesto Cardenal, es comparable al instante eterno en que uno comparece ante el Creador al final de sus días. Justo cuando apareció la imagen como un lienzo estrellado cuyo silencio se antoja imponente pero falaz (porque todo el universo es música), ésta comenzó a desaparecer, y no pude reternerla por más tiempo que unos pocos segundos, lo suficiente para llegar a sentirla y hacerla parte de mis sueños. Pensé que quizá esa imagen no procedía de algún conocimiento previo, sino de otra región de la memoria, parte de una conciencia colectiva, donde se guardan recuerdos que trascienden la vida misma; en espacios atemporales, a donde sólo se puede llegar a través del vuelo del espíritu.
OK . Basta ya. ¡Alguien deténgame! . Seguramente leeré esto dentro de algunos días, o meses, y me daré un zape por atreverme a postearlo... Pero eso sí, me siento obligada a citar el poema del que hablo en 2) que está bien bueno, cómo no, y con algunos puntos muy interesantes, je, je. Se llama "Oración por Marilyn Monroe" de Ernesto Cardenal y es uno de mi favoritos...(http://luis.salas.net/ec0001.htm)
Siempre me he resistido a proveer de información personal en sitios de internet, es espeluznante pensar quién pueda recibirla, analizarla y venderla al mejor postor. Pero es de hueva escribir un diario en el que no hay ningún lector que te dé su opinión.. y qué mejor que un extraño para eso...Además con el blog de una amiga me di cuenta de que está bien chido tener una retrospectiva de tus años mozos...yeah!
Y para recuperar el tiempo perdido postearé sin pena algunas cosas que hace poco encontré perdidas por ahí...por qué no. Podrán parecer clavadas y eso pero que ch.. es mi blog y pues..Lix es así.
1) "Quizá,"-pensaba, mientras a través de los cristales miraba sin vértigo las líneas aparecer y desaparecer en el pavimento, -"llegará el momento en que podré entender con toda claridad este este tiempo." Recordaba el final de aquella sosa película hollywoodesca en el que la protagonista decía que, si hubiese desviado su camino tan sólo un poco, jamás se habría encontrado tal estado de fecilidad perfecta. Entonces decía para sí : "Recodaré estos días como una sombra de niebla, tan lejanos que parecerán ajenos". Y ese pensamiento recurrente la llenaba de esperanza y a la vez de una angustiosa incertidumbre, como quien ve en su futuro algo que no puede entender y avanza hacia él con expectación y duda, deteniéndose de cuando en cuando, preguntandose si irá en la dirección correcta.
2)Hace pocos días intenté imaginar la noche espacial, cuya soledad, leí en un poema de Ernesto Cardenal, es comparable al instante eterno en que uno comparece ante el Creador al final de sus días. Justo cuando apareció la imagen como un lienzo estrellado cuyo silencio se antoja imponente pero falaz (porque todo el universo es música), ésta comenzó a desaparecer, y no pude reternerla por más tiempo que unos pocos segundos, lo suficiente para llegar a sentirla y hacerla parte de mis sueños. Pensé que quizá esa imagen no procedía de algún conocimiento previo, sino de otra región de la memoria, parte de una conciencia colectiva, donde se guardan recuerdos que trascienden la vida misma; en espacios atemporales, a donde sólo se puede llegar a través del vuelo del espíritu.
OK . Basta ya. ¡Alguien deténgame! . Seguramente leeré esto dentro de algunos días, o meses, y me daré un zape por atreverme a postearlo... Pero eso sí, me siento obligada a citar el poema del que hablo en 2) que está bien bueno, cómo no, y con algunos puntos muy interesantes, je, je. Se llama "Oración por Marilyn Monroe" de Ernesto Cardenal y es uno de mi favoritos...(http://luis.salas.net/ec0001.htm)
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